jueves, 29 de enero de 2015

“No estamos educados para leer poesía”



Hay que ser un poco insensato, un poco descabellado, acaso alocado o poeta para fundar una revista de creación literaria cimentada en versos. Que cinco seres (¿alados?) coincidan en el tiempo en este desconcertante propósito es casi cosa de alquimia. Y surgió el prodigio: ‘La Galla ciencia’. Joaquín Baños, Noelia Illán, Samuel Jara, Manuel Pujante y Daniel J. Rodríguez (la última incorporación) conforman las huestes del equipo de coordinación. Ultiman la tercera entrega (con sorpresa incluida, como acostumbran). Cortázar y Gabriela Llansol tienen la culpa.

‘La Galla Ciencia’ remite a la casi homónima ‘Gaya ciencia’ de Nietzsche, y recoge de ella ese espíritu luminoso. ¿Es una insensatez levantar un proyecto como éste?

Desde el principio nos presentamos al público como unos locos y éramos conscientes de dónde nos estábamos metiendo. El proyecto es claramente insensato desde el punto de vista comercial, pero también creemos en él y, desde el primer momento, veíamos necesaria la existencia de una revista de estas características. Si alguien quiere ganar dinero lo último que hace es montar una revista que edite sola y exclusivamente poesía, pero nos gusta la poesía y es lo que nos hace seguir con este proyecto que puede ser insensato, pero en el que creemos y trabajamos muy seriamente. “La Galla Ciencia” también es, en cierto modo, un homenaje a la ya mítica editorial La Gaya Ciencia.

Hay una apuesta clara y contundente por la ilustración. ¿Por qué?  ¿Completa al texto, lo acompaña, lo enriquece?

Una de las primeras cosas que comentamos fue cómo íbamos a introducir las ilustraciones, y llegamos a la conclusión de que el ilustrador tenía que ser un autor más, y que la manera de unir las ilustraciones en cada número era que cada número estuviera ilustrado por el mismo autor. También nos pareció muy buena idea mantener en la portada siempre a la galla, interpretada libremente por el ilustrador de cada número, lo cual ayuda también a la unidad de la revista.

¿Qué parámetros contempláis a la hora de publicar a los autores?

El principal parámetro es la calidad. En nuestras páginas hemos editado autores de todo tipo y para todos los gustos. Cada uno tenemos nuestros propios gustos poéticos, pero independientemente de ellos, si un autor es bueno tendrá cabida en la revista. Por otro lado están las líneas que intentamos seguir en cada número para darle unidad y que no sea una simple miscelánea de textos. El primer número era casi de presentación, con una “Panorámica” abundante; en el segundo nos centramos en esa idea de “Minoría virgiliana”. En el tercero será la literatura hispanoamericana la protagonista. Y ya en el cuarto daremos un giro, pero no queremos adelantar nada…

En cuanto al diseño de la revista, elegante a la par de limpio, ¿se parece al que ideasteis en un principio?

La verdad es que, a grandes rasgos, es tal como la ideamos al principio. Queríamos tener el blanco y negro como protagonistas, tanto en la web como en la revista en papel, y aquí la Ibarra fue una de las primeras tipografías que manejamos. Luego ha habido detalles, como el diseño para poner el nombre del autor o la numeración de las páginas, que se fueron cambiando sobre la marcha.

¿Qué aporta la poesía a nuestra sociedad (digital, descreída)?

La poesía es un arte más, quizá aquel con el público más reducido de todos. Así que aporta lo mismo que podemos encontrar en una película, una canción o una obra de teatro. En esta sociedad la poesía sigue teniendo cabida en todos los formatos: además del tradicional libro en papel, tenemos poesía en e-books, en vídeos y en cada blog de los jóvenes poetas. La poesía puede aportar cualquier sentimiento y sensación a la sociedad. El problema que puede haber en la sociedad es que no estamos educados para leer poesía y nos resulta un lenguaje mucho más duro y difícil de digerir que el de una película o una canción, lo cual es una pena. El papel y el formato digital son complementarios.




Las decisiones que afectan a la revista, ¿son democráticas o existe, dentro de la teatralogía (ahora pentalogía) de la coordinación, algún criterio imperante?

Las decisiones son democráticas. Los criterios imperantes son los que establecemos por unanimidad. Aunque hay cuestiones menores que pueden salir adelante con una mayoría simple, pero para decisiones importantes somos los cuatro los que opinamos. Bueno, y ahora los cinco…

¿Qué cosas jamás publicaría ‘La Galla Ciencia’?

Tenemos claro que no vamos a publicar narrativa ni otra cosa que no sea poesía dentro de la revista en papel (aunque en la web sí que incluimos ensayo y otros géneros). Aparte de eso, no sabríamos decirte algo que no vayamos a publicar. Estamos abiertos a todas las opciones. Tampoco publicaremos nuestros textos; no toca.

Hace un par de meses salió vuestro segundo número. ¿Qué cosas –de haberlas- os gustaría ir puliendo o corrigiendo?

Estamos bastante contentos con este segundo número y se nota el salto que hemos dado con respecto al primero. Más que pulir cosas, nos planteamos cambiar  e innovar en los detalles para no quedarnos obsoletos. 

Este segundo número incluye un poemario de Roger Wolfe. ¿Cómo surgió este propósito y por qué no lo editasteis de manera autónoma?

Fue idea del propio Roger. Cuando lo invitamos a Murcia para el recital-espectáculo, en febrero de 2014, en uno de los muchos cafés que tomamos con él nos dijo que le gustaría publicar su último libro de poesía con nosotros. El editarlo unido a la revista es también una forma de recordar la manera en que los poemarios se publicaban en las antiguas revistas. Algo que surgió en un café una tarde de charla, ha terminado siendo (en palabras del propio Wolfe) el poemario más bonito que le han editado. Y estamos muy satisfechos.


Esther Peñas



*Publicado en Solidaridad Digital el 27 de Enero de 2015.