martes, 21 de junio de 2016

Entrevista a la filósofa Victoria Camps


Victoria Camps, filósofa


La Ética no puede partir 
nunca del relativismo




Dudar y aceptar la manifestación de fragilidad que ello supone. Dudar incluso de aquello que se nos impone desde la contundencia de las vísceras. Dudar sin miedo, a oscuras, para decidir, para ejercer la libertad de la elección, aunque sea equivocada. Colocarse por sombrero un signo de interrogación antes de nada, para que después de todo, todo haya sido consciente. De todo esto nos habla Victoria Camps (Barcelona, 1941), catedrática emérita de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Barcelona, en su último trabajo, ‘Elogio de la duda’ (Arpa editorial).


Leo en la portada “todo lo que es podría ser de otra manera”, eso me lleva a pensar en el humor. ¿Duda y humor están emparentados?
Creo que sí, están relacionados y, de hecho, filósofos como Montaigne o Montesquieu los han relacionado; el tomar distancia de lo que damos por supuesto, de lo que nos parece obvio es ejercer la ironía, comparar lo que damos por bueno con otras coas que desconocíamos o rechazábamos por principio y que resulta que tal vez son mejores que las nuestras. Ese ejercicio de dudar es tomar distancia y, por tanto ironía, así llegamos al humor. Es como cuando Montaigne se pregunta por los caníbales, ¿realmente comerse a otras personas es tan malo? Y razona que, en Francia, hay usureros que, en sentido metafórico, se comen a las viudas y las exprimen, otra una forma canibalismo...