Necesitamos algo más que
hombres postulados como probables para combatir los tiempos que llegan. La
lucha se está incubando en otro lado, que apenas si sospechamos. No hay
alternativa al capitalismo (de momento) pero hay otra manera de vivir. Y para
poder ejercer los estrechos márgenes de libertad, hay que saber. Estar
informados no es suficiente, pero resulta de capital importancia. Por eso
libros como ‘Exit. Ideologías de la crisis’ (Enclave), del periodista alemán
Tomasz Konicz resquebraja la dócil tranquilidad que nos inoculan los medios de
comunicación canónicos.
‘Exit’ propone una lectura
vehemente pero objetiva sobre los peligros de este tiempo. “le tocaron, como a
todos los hombres, malos tiempos en los que vivir”, escribió Borges. Tal vez
ninguna época fue la mejor de las posibles, pero desde luego la nuestra, ya
tentado el XXI, se presenta como irrevocablemente fatal. No son ganas de ser
agoreros, pero hay que estar preparados. El capitalismo, heridos por estas
últimas crisis, prepara su venganza. El estancamiento permanente, lo denomina
Konicz. Más gráfico, aún: el capitalismo como religión secularizada.