Eugenio Castro, poeta
Si
algo tiene la poesía es
que tiende a una disolución paulatina del yo.
‘El gran boscoso’ es un
continuo incendio, una conjugación incierta pero palpable que prende un mosaico
de afinidades en quien se interna en él. Uno se entrega en el tono que preside
(por momentos elegiaco, voluptuoso, por momentos alucinado, instintivo) y queda
emboscado en él. Es frondoso y desnudo, nocturno pero luminoso en salmo
profano. ‘El gran boscoso… es eso’
(La Torre Magnética) reúne la poesía de Eugenio Castro (Toledo-Las Herencias,
1959).
‘El
gran boscoso’ ¿es el olvido de sí, la desposesión de uno mismo en tanto que va
mutando de forma continua…, es eso?
Pienso que la poesía, a aquel
que se encuentra con ella y establece un vínculo que no sea de posesión, le
debe desposeer, sacarle en la mayor medida posible de sí mismo. Esto no quiere
decir anularle o restarle la identidad, pero sí quebrar la identidad como hecho
fijo. Si algo tiene la poesía es que tiende a una disolución paulatina del yo, de
ese yo que se sobrepone en uno hasta el punto de convertirlo en un perfecto
imbécil. Erosionar el yo, fragmentarlo, reconvertirlo en mil yoes con los
cuales uno puede regresar habiendo abandonado esa figura bastante fatal.