WunderKammer publica el texto
de Kristeva treinta años después
De la tristeza y la melancolía

‘Sol negro, depresión y melancolía’
está escrito en primera persona por una de las mentes más estimulantes para los
lectores, Julia Kristeva (Bulgaria, 1941), lingüista, psicoanalista, escritora,
crítica literaria, feminista… un crisol de maneras de mirar y de habitar el
mundo que confluyen en una capacidad fulminante para expresar aquello que
exactamente quiere decir y dejar todo el espacio pasible para que el lector
refute, complete, extienda.
Treinta años después de la
publicación del texto, la editorial Wunderkammer lo retoma, traducido en esta
ocasión por Mariela Sánchez Urdaneta, incluyendo un pórtico luminoso de la
propia Kristeva. Treinta años después, las cuestiones que plantea el libro se
mantienen candentes; al fin y al cabo, cualquier libro honesto no puede
clausurar sino abrir hendiduras, inaugurar otros intentos de abordar las
cuestiones que dan sentido al ser.
Kristeva se adentra en
aquellos territorios (transitorios, insistentes, devastadores) en los que el
sentido de la vida se oculta, como ese sol negro. Una pérdida -y las hay de
todos los tallajes- es capaz de arrastrarnos a esa sima de la que no se sale con
facilidad, mucho menos indemne. “Esta desesperanza no es un hastío que me hace capaz
de deseo y de creación, negativos cierto, pero existentes. En la depresión, si mi
existencia está a punto de dar un vuelco, su sinsentido no es trágico: me parece
evidente, deslumbrante, ineluctable. ¿De dónde viene ese sol negro? ¿De qué galaxia
rayos invisibles y pesados me clavan al suelo, a la cama, al mutismo, a la renuncia?”.
¿Es, la tristeza instaurada,
un síntoma de un narcisismo no simbolizable? ¿De un deseo insospechado? ¿Puede
hablarse de un sufrimiento erótico? ¿A qué herida nos empuja la tristeza, la
melancolía? Julia Kristeva siempre coloca en exposición aquello en lo que nos
jugamos.
La poesía puede sostener al
sujeto ante el desmoronamiento simbólico de la pérdida, pero ¿de qué otro modo
enfrentarse a ella? ¿Cabe, en cualquier caso, alternativa posible? ¿Qué límite
se encuentra en esta orografía sinuosa? ¿Qué goce se recibe? ¿Qué daño causa, a
quien la padece, a quien queda en derredor del triste, del melancólico, del
abatido? ¿Daña? ¿Se daña? ¿Puede amar o solo causar dolor?
‘Sol, tristeza y melancolía’,
un ensayo que servirá de báculo al hombre postmoderno, un hombre marcado -según
Maillard- por el hastío vital, por el aburrimiento, al que le arden las
pérdidas. Treinta años después, en esta
edición que es un libro-objeto, un objeto delicado, por su gramaje, su
tipografía, el modo en que está impreso, el texto de Kristeva vuelve a erigirse
como una invitación a repensarse.
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